Tres
finales seguidas fueron las que este jugador terminó como uno de los más
criticados por la derrota de sus equipos. La primera, en la UEFA Champions
League de 2010 ganada por el Inter de Milán, la segunda -nada más y nada menos-
en el Mundial frente a España perdiéndose dos mano a mano que eran definitorios
y por último, la del año pasado también por la Champions en la que marró un
penal frente al Chelsea. Sin embargo, esa mala racha y esas múltiples
posibilidades de salir campeón, las logró revertir con el título conseguido
este pasado sábado con su Bayern Munich frente al Borussia Dortmund. Con la
suerte de hacer de su participación, fundamental para la obtención del título
ya que dio la asistencia para el primer gol y marcó el segundo que le diera al
conjunto bávaro la victoria y convertirse en el Olfagoleador de esta semana.
Estamos hablando del holandés Arjen Robben.
Nació
un 23 de enero de 1984 en Bedum, Groninga, Holanda. Este zurdo neerlandés hizo
sus inicios en un pequeño equipo de su región llamado V.V Bedum. Llegando a la
adolescencia, fue fichado por el FC Groningen, club en el que debutó con 16
años. En esa primera temporada 2000/2001 marcó 2 goles en 18 partidos
disputados. Ya con el PSV Eindhoven en la mira por él, tuvo su acuerdo de palabra
con el conjunto rojiblanco, pero decidió quedarse en su club actual para
salvarlo del descenso y lo logró marcando 6 veces en 28 cotejos. Por una cifra
cercana a los 4,3 millones de euros, finalmente pasó al PSV donde disputó 2
temporadas en las que hizo 17 anotaciones en 56 encuentros. Sus buenas
actuaciones implicaron que fuera citado por primera vez a la selección de su
país para disputar algunos amistosos. Además, ya considerado uno de los futuros
cracks del fútbol mundial, posibilitaron que empezara a ser seguido por clubes
europeos de mayor popularidad.
Con
la incursión de Roman Abramovich, el nuevo Chelsea lo fichó por un total de 18
millones de euros, a pesar de que Robben contaba con una fractura del metatarsiano
del pie derecho, lo que le impidió jugar durante todo el 2004. Sin embargo, su
época en los blues fue próspera ya
que obtuvo muchos títulos: 2 Premier League (2005 y 2006), 2 Carling Cup (2005
y 2007), Community Shield 2005 y FA Cup de 2007. A nivel personal, marcó 16
goles en 81 partidos sumando liga y copas nacionales y Champions League. Con la
asunción de Ramón Calderón como nuevo presidente del Real Madrid y su promesa
de incorporar a jugadores de alto nivel, Robben fue fichado por 5 años por un
valor cercano a los 36 millones de euros. A pesar de la cantidad pactada en su
contrato, solo disputó 2 temporadas con el conjunto madridista, haciendo 12 goles
en 63 partidos disputados con la Casa
Blanca.
Sin
el nivel esperado y con las llegadas de Kaká y Cristiano Ronaldo, el Real
Madrid se dispuso a vender a Robben. Rápidamente, cayó en la mira del Bayern
Munich que lo fichó por 4 temporadas por un monto no confirmado oficialmente de
24 millones de euros. En el equipo bávaro, fue donde se vio y actualmente se
ve, la mejor versión del extremo holandés. Ya en su primera temporada, la
2009/2010, logró 23 goles en 37 partidos jugados ganando la Bundesliga, la Copa
y la Supercopa de Alemania. Como consecuencia, llegando a la cita del Mundial 2010 en
Sudáfrica, era uno de los jugadores que prometía ser figura para dicha
competición. De hecho dejó demostrado que pasaba un gran momento ya que hizo un
gol clave ante Uruguay en semifinales. Sin embargo, esa actuación se vio
menospreciada por los dos mano a mano errados en la final, mencionada
anteriormente. Con su selección marcó un total de 17 anotaciones en 66 cotejos.
A
pesar de esa mala noche, Robben no dejó que su actuación en esa final lo
persiguiera y siguió luchando en el Bayern Munich por obtener más títulos y
convertir más goles. En la temporada siguiente, con menos participaciones en
cancha (sólo 18) convirtió 13 veces, pero su club no consiguió triunfar sobre
ninguna competición disputada. En la 2011/2012, hizo 19 goles en 36 encuentros
y consiguió la Supercopa de Alemania. Finalmente, en esta temporada, se vio una
de las mejores versiones de Robben. Quizás, los números no lo reflejan tanto ya
que marcó 13 goles en 30 partidos, pero fue por sobre todo, por la decisión de
su técnico Jupp Heynckes que lo relegó a ser suplente hasta que en cuartos de
final de la Champions League, comenzó a ser titular. En esas series, se
transformó en fundamental en su equipo, sobre todo en la semifinal, marcándole tanto
en la ida como en la vuelta al Barcelona. Ya en la final, pudo terminar con su
maldición de esta instancia, dando la asistencia en el gol de Mandzukic y el
título con ese golazo en el último minuto.
Fuentes Utilizadas:
Por: Ignacio Rovito. @NachoRovito.
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