Hoy
me voy a remitir a una manera distinta de escribir como lo venimos haciendo con
Tomás en el blog. Sí, como se darán cuenta estoy redactando en primera persona
porque así es como vivimos el sentimiento nosotros los argentinos cuando
tenemos que discutir sobre el deporte que más amamos. Además, en esta ocasión
especial, más aún se aviva esa sensación porque se trata de la gran discusión
de la cual se habló en los últimos 8 años aproximadamente. ¿Maradona o Messi? ¿Quién
es más grande? ¿Quién es el mejor de la historia? ¿Vale hacer una comparación?
Es
difícil remitirse a este tema sin mirar hacia atrás, sin mirar los logros y los
contextos en que cada uno hizo su aparición. Maradona llegó en momentos oscuros
y dolorosos de nuestro país y con su fútbol hizo delirar a todos y hasta
abastecer una sed de revancha que año tras año se acrecentaba en los corazones
de los argentinos. Porque Diego llegó en el momento justo, en el que había que
levantar a un país que estaba caído y él con sus gambetas, sus goles y su
inmensa personalidad dentro de las canchas, creó una revolución. Por eso es difícil
comparar. Por eso es inexplicable hablar de la masividad, de la locura y de la
sensación que generó un simple jugador nacido en Villa Fiorito. Los expertos
siempre hacen la comparación según los títulos o los equipos o las estadísticas
propias de cada jugador, pero no se detienen a ver la influencia y hasta el
gran cambio que genera en la gente jugadores como Maradona.
El
caso de Messi es distinto, es sabido. A él, las estadísticas, los títulos, lo
acompañan. Tuvo la suerte de nacer futbolísticamente en uno de los mejores
equipos de la historia mundial, el Barcelona. Es por eso, que la grandeza de un
jugador tan impresionante que ha sido elegido como el número uno en cuatro
ocasiones seguidas, deja la gran duda de quién es más grande. El problema de
Lionel es el mismo de siempre: ganarse el corazón de completamente todo un
pueblo que tiene como mayor referente a Diego Maradona. Igual esto no significa
que ese es el objetivo de La Pulga,
pero bien por dentro se sabe que él quiere quedar en la historia de su país y
no sólo por lo que logró en el Barcelona. Afortunadamente, poco a poco, esto lo
viene logrando en base a mostrar que cada vez con más intensidad, los equipos
(la selección y el Barsa) dependen de
su presencia. Esta presencia en cancha le valió un apoyo popular cada vez mayor
que hizo cambiar el pensamiento en la gente, haciendo que muchos quieran que
gane el Mundial más Messi que Argentina, para que se convierta definitivamente
en el más grande de todos y llegar a la cumbre que tiene hoy Maradona.
Pero,
a cada situación se le puede ameritar una conclusión: es propio de cada
argentino, estereotípicamente hablando, que se trate de ver quién es mejor que
quién. ¿Es realmente necesario que busquemos quién es el mejor de todos los tiempos?
Creo que es algo que hay que cambiar y abrir los ojos y agradecer que los dos sean
argentinos y que los dos hagan de nuestro fútbol, el más grande.
Por:
Ignacio Rovito. @NachoRovito. OlfatoDeGol ®
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